Smiley, una historia de amor


Álex acaba de tener un desengaño amoroso. Se ha hecho ilusiones con alguien que, al cabo de pocas semanas, ha desaparecido del mapa. Y esto no le sienta nada bien. Coge el teléfono y se dispone a pedir explicaciones sin saber que esa llamada tendrá consecuencias imprevisibles. 

Bruno, por su lado, no se fijaría nunca en alguien como Álex, pero un equívoco hace que se acaben conociendo. Y lo que comienza como una cita normal y corriente, se termina convirtiendo en un acontecimiento que cambiará la vida de los dos para siempre. 

Porqué a veces, la vida te puede cambiar en un segundo: el segundo que tardas en enamorar-te de alguien, el segundo que lees un mensaje tan sencillo como dos puntos, guión y un paréntesis cerrado.

La Sala Flyhard es una sala de pequeño formato de Barcelona, apenas 50 personas caben en cada representación y eso le confiere un aire muy especial y  próximo. No es la primera obra de esta compañía que veo,fue Litus, pero si la primera que veo en su ubicación inicial.

Smiley está creada por Guillem Clua (autor que me enamoró con, entre otras, La pell en flames) e interpretada por un Ramon Pujol intenso y un Albert Triola inmenso.

Es una comedia de amor pero también es un repaso a un amor no correspondido, a sus fallos, sus expectativas. Ríes, lloras (de risa), enternece, aclara conceptos (para los menos duchos en lenguaje gay hay notas aclaratorias al margen),   emociona, estremece, golpea donde más duele, muestra frustración del que espera, demuestra que a veces las señales confunden más que ayudan.

En un momento de la obra se explica una leyenda japonesa que cuenta que cada persona está unida mediante un hilo rojo invisible a aquella persona a la que está predestinada. Tiene el poder de unir para siempre por más lejos que estén la una de la otra y de lo diferentes que parezcan.

En este caso una llamada telefónica equivocada les une ¿se habrían fijado el uno en el otro en unas circunstancias distintas? probablemente no como ellos mismos reconocen a lo largo de la obra pero es ese segundo mágico que hace que tu vida cambie para siempre (a veces con quien menos hubieras pensado).

Imperdible, imprescindible, una gran obra, grandes actuaciones y 90 minutos que sirven para pensar que la risa es la mejor de las terapias :-)

1 comentarios :

  1. Hola, gracias por esta reseña que me ha gustado mucho, buscando yo información acerca de esta obra.

    Leo en "El cultural" que está protagonizada por dos prototipos del mundo gay: el intelectual (siempre tirillas o lorzas, estadísticamente) y el adicto al gimnasio.

    La obra nos gusta porque en ella sucede algo que en el mundo real nos obsesiona, a mí por lo menos, y que estadísticamente nunca sucede: que un cachas estatua se enamore de un inteligente lorzas creativo. Modestamente, como yo.

    Gracias por leerme. Buen MMXIV

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