La hija de Robert Poste

Brutalmente divertida, dotada de un ingenio irreverente, narra la historia de Flora Poste, una joven que, tras haber recibido una educación «cara, deportiva y larga», se queda huérfana y acaba siendo acogida por sus parientes, los rústicos y asilvestrados Starkadder, en la bucólica granja de Cold Comfort Farm, en plena Inglaterra profunda. 

Una vez allí, Flora tendrá ocasión de intimar con toda una galería de extraños y taciturnos personajes: Amos, llamado por Dios; Seth, dominado por el despertar de su prominente sexualidad; Meriam, la chica que se queda preñada cada año «cuando florece la parravirgen»; o la tía Ada Doom, la solitaria matriarca, ya entrada en años, que en una ocasión «vio algo sucio en la leñera». 

Flora, entonces, decide poner orden en la vida de Cold Comfort Farm, y allí empezará su desgracia.

Una de las primeras cosas en las que piensa una chica cuando pierde a su familia directa es pensar que vamos a ser de su vida y como va a conseguir sobrevivir, si tiene la suerte d poder dispone de una herencia generosa esos pensamientos son algo más tranquilos. 

Flora está en esta situación, no tiene a nadie cercano después de haber perdido a sus padres, con una herencia confortable pero que no da para muchos lujos piensa lo manera de poder vivir L más confortable que pueda y sólo se le ocurre hacerlo de una manera.

Envía una carta explicando su triste situación a todos los parientes lejanos que le quedan pidiendo que le hagan un hueco para poder ser acogida en sus casas, básicamente de manera gratuíta, y así poder ahorrar su herencia. La única respuesta favorable que recibe es la de Cold Comfort Farm aunque no les hace mucha gracia su visita y se sienten más obligados por el pasado que por la voluntad de acogerla.

Su llegada a la granja no sólo revolucionará a sus habitantes, poco acostumbrados a los modales y maneras de hacer de alguien que se cree de alta categoría , sino también a nuestra protagonista poco dada a no ser correspondida en su deseos y peticiones y que piensa que todos deben estar absolutamente pendientes de su designios.

Poco a poco Flora irá convirtiendo la granja en un proyecto a su antojo y que no dejará una piedra sin remover.

Muy del estilo de humor inglés de principios del siglo XX, está novela es muy irónica y tiene una crítica social hacia la gente con poder adquisitiva y una "burla" a la vida que había en muchas granjas de la campiña inglesa en esa misma época, todo regado por unos personajes bien construidos y con grandes momentos de humor que hacen que todo se vaya relajando a medida que se van sucediendo las páginas.

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